¿Qué pasa con el Lago de Valencia?
27 Nov 2005
La
situación que hoy día presentan las zonas adyacentes al Lago de Valencia, debido
al incremento acelerado del nivel de sus aguas, ha generado una gravísima
problemática que abarca aspectos sociales, económicos y salubres en áreas
cercanas a esta cuenca, en los estados Carabobo y Aragua.
Como
cualquier otro país, Venezuela no es ajena a las repercusiones que generan los
grandes cambios climáticos ocurridos en el mundo. Causa de ello, las
precipitaciones abundantes que ha experimentado el territorio en los últimos
meses, ha venido contribuyendo con el crecimiento de la cota, la cual ha llegado
a los 410,03 metros sobre el nivel del mar, las más alta en los últimos 15 años,
según registros estadísticos de Protección Civil Carabobo.
El aumento en
el nivel de las aguas del lago, también llamado de los Tacariguas, ha ocasionado
un gran impacto en las poblaciones y zonas agrícolas cercanas a su cuenca, en
las cuales las inundaciones están progresando cada día con la amenaza constante
de hacerles desaparecer por completo, si no es que ya han desaparecido.
La situación es grave. Incluso en los últimos días, la crecida hizo
desaparecer varias poblaciones. En Aragua, la población de Pan de Azúcar se vio
en la necesidad de ser evacuada. En Punta Palmita, una parte de su carretera
quedó sumergida de tal manera que lo que solía ser un lugar de esparcimiento
para la comunidad es hoy una isla.
En Carabobo, la inundación en la
entrada principal de Collogal, municipio Carlos Arvelo obliga al transporte
público y particular a tomar vías alternas, al igual que en el sector Isla de la
Culebra, en el municipio Los Guayos, el cual ha quedado totalmente incomunicado.
Poblaciones del municipio Guacara han sido gravemente afectadas, mientras que en
San Joaquín están en alerta. Asimismo, según información emitida por Ligia Elena
Arteaga, directora del Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales en
Carabobo (MARN) para el diario El Carabobeño, el área total de tierras
productivas afectadas por la crecida del Lago es de aproximadamente 900
hectáreas, solamente en Carabobo, repartidos entre los municipios Diego Ibarra,
San Joaquín, Guacara, Los Guayos y Carlos Arvelo.
Más de 400 familias
están siendo afectadas ante tal situación y aunque en algunos casos ya se les ha
indemnizado, hay quienes insisten en permanecer en sus localidades aún sabiendo
el peligro que enfrentan.
La cuenca reclama su espacio
El Lago
de Valencia es el cuerpo de agua dulce natural sin desagüe al mar más grande de
Venezuela. Con una cuenca de 3.140 Km2, en él confluyen tres canales
industriales y 18 ríos tributarios.
Para la década de 1970, las aguas del
lago resistieron prolongados períodos de sequías. Esto, unido a la constante
utilización de los afluentes en las labores agrícolas junto a la creciente
actividad industrial, tendieron a secar los cauces naturales de los ríos
adyacentes, ocasionando un descenso progresivo en el nivel de las aguas del
Lago. A raíz de esto, los habitantes de esta región construyeron sus viviendas
en zonas de alto riesgo, en lo que fue el lecho de lago hace varias décadas.
Mientras que las autoridades regionales responsables otorgaron las licencias sin
considerar las condiciones particulares del área.
Ante
tal situación, las autoridades tomaron la decisión de desviar el río Cabriales
-afluente del Río Pao- y el Maruria hacia el Lago de Valencia. A lo que se
agrega, el ingreso de las aguas servidas de las poblaciones limítrofes de Aragua
y Carabobo, que reciben a su vez agua del Acueducto Regional del
Centro.
Es así como comienza el lago a incrementar el nivel de sus aguas
continuamente hasta producir, a finales de los 90, inundaciones en barrios y
asentamientos en sus márgenes, agregando la contaminación por desechos humanos,
de animales y sustancias químicas de empresas cercanas. La situación logró
estabilizarse en los años siguientes hasta el 2002 por los prolongados veranos,
pero debido a las precipitaciones abundantes ocurridas desde 2003, muchas casas
y residencias han sido hasta hoy víctimas del crecimiento de estas
aguas.
Alertan las autoridades
Aunque un poco tarde, la
problemática del Lago de Valencia ya ha llamado la atención de los entes no solo
municipales y regionales, sino de las autoridades nacionales.
En
noviembre de 2004, la Asamblea Nacional creó una Comisión Especial para tratar
la problemática del Lago de Valencia con el objetivo principal de “atender la
problemática social y de infraestructura que atraviesan las poblaciones
adyacentes al lago de Valencia con motivo de las inundaciones ocurridas en esos
sectores”.
Más tarde, en febrero de 2005, el presidente de la República,
Hugo Chávez Frías, declara la emergencia y decreta la creación de la autoridad
única del área de la cuenca del Lago de Valencia designando a Jackeline Farías,
Ministra del Ambiente y de los Recursos Naturales. Luego fueron incorporados a
esta autoridad única los gobernadores de los estados Aragua y Carabobo así como
también una representación vecinal de los sectores afectados.
Para
entonces, el gobierno nacional otorgó un presupuesto de 150 millardos 800 mil
bolívares, para emprender las obras de infraestructura que permitan a corto y
mediano plazo mejorar el entorno.
Luego, en el mes de marzo la ministra
del MARN anunció que este año se realizaría la reparación y finalización de
colectores de Aragua y Carabobo, se finalizarán y activarán las plantas de
tratamiento y se llevará a cabo el desvío de los ríos Maruria y Cabriales a sus
drenajes naturales.
Evidentemente, el reconocimiento de la problemática
manifestada por el Gobierno Nacional más los aportes económicos proporcionados,
son un gran paso para la posibilidad de resolver la grave situación que presenta
el Lago de Valencia. Sin embargo, mucho queda por hacer y décadas de desidia y
mal uso de las aguas del lago no serán resultas en corto plazo.
http://valencia.com.ve/v1/displayarticle2424.html
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