Vecinos realizan turnos para vigilar lo poco que queda en sus quintas
Personas extrañas a las urbanizaciones Mata Redonda y La Punta se han dado a la tarea de hurtar marcos de puertas y ventanas de las casas inundadas EDSAU OLIVARES
ÉRIKA GUILLÉN| EL UNIVERSAL
lunes 22 de octubre de 2012
Maracay.- La poca vigilancia policial y el incremento de la delincuencia en los sectores La Punta y Mata Redonda, afectados por la crecida del lago de Valencia, al sur de Maracay, activó la alerta en habitantes de la zona, quienes se organizan para resguardar su patrimonio.
Iraima Ruíz, afectada de Mata Redonda, refirió que en las últimas dos semanas varias casas han sido desvalijadas, al punto que las dejan sin rejas externas, puertas, marcos de ventanas y sin piezas de baño.
Residentes del sector señalaron que estas irregularidades las han notado justo después que el Gobierno regional ordenara el desalojo preventivo de la zona por la amenaza de la cuenca y el posterior traslado voluntario de afectados a hoteles y moteles de la ciudad.
Algunos propietarios que aceptaron esta propuesta cuando retornaron a sus casas se percataron que la delincuencia había hecho de las suyas.
Incluso refirieron que hay casos de hurtos en vivienda que dejan sola por varias horas, tras la salida de sus propietarios por problemas de salud o diligencias personales.
Esta situación conllevó a habitantes de ambos urbanismos, que se mantienen reacios a abandonar sus casas hasta que los indemnicen monetariamente, a establecer estrategias que permitan resguardarse.
Ruiz destacó que la primera medida que asumieron, con apoyo de los vecinos, fue no dejar sola la vivienda bajo ninguna circunstancia. Asimismo, destacó que una vez dentro de la casa se turnan para estar pendiente de cualquier caso.
Señaló, que también optaron por colocar objetos pesados detrás de las puertas, como especie de barricada para evitar el ingreso de desconocidos. Ruiz sostuvo que desde la orden de desalojo la mayoría de los afectados trasladaron de manera voluntaria sus enseres a casa de familiares y solo dejaron en las viviendas lo necesario.
Desconocidos se aprovechan
Afectados señalaron con preocupación que en los últimos días han notado la presencia de personas extrañas a los urbanismos a bordo de bicicletas y motos. En la zona, las calles se encuentran desoladas, mientras que algunas viviendas están en medio de monte y escombros de casas que el Gobierno regional ha demolido a medias, lo cual sirve de guarida de desconocidos, según denunciaron.
Algunos vecinos también se organizaron con el uso de pitos y megáfonos para alertar cualquier irregularidad.
Se pudo conocer que varias de las personas que fueron trasladadas a hoteles, bajo la promesa de que les sería entregada una vivienda en un lugar seguro, han retornado a su antigua casa por temor a perder su patrimonio, pues no tienen ningun compromiso de las autoridades para que les sea adjudicada la nueva casa. También temen que puedan ser invadidas.
Génesis Machado, afectada de Mata Redonda, exigió al Gobierno nacional y regional celeridad en el proceso de indemnización en beneficio de más de 600 familias para lograr salir de la zona de riesgo.
"Esto no es calidad de vida, hay temor que desvalijen las casas, de que el muro de contención, que es una bomba de tiempo en cualquier momento colapse, que el lago siga creciendo, que no nos den la indemnización, esto es muy triste".
Ambos urbanismos, están amenazados por la crecida del lago de Valencia y el río Madre Vieja. Más aun con los fuertes aguaceros que caen en la zona
Iraima Ruíz, afectada de Mata Redonda, refirió que en las últimas dos semanas varias casas han sido desvalijadas, al punto que las dejan sin rejas externas, puertas, marcos de ventanas y sin piezas de baño.
Residentes del sector señalaron que estas irregularidades las han notado justo después que el Gobierno regional ordenara el desalojo preventivo de la zona por la amenaza de la cuenca y el posterior traslado voluntario de afectados a hoteles y moteles de la ciudad.
Algunos propietarios que aceptaron esta propuesta cuando retornaron a sus casas se percataron que la delincuencia había hecho de las suyas.
Incluso refirieron que hay casos de hurtos en vivienda que dejan sola por varias horas, tras la salida de sus propietarios por problemas de salud o diligencias personales.
Esta situación conllevó a habitantes de ambos urbanismos, que se mantienen reacios a abandonar sus casas hasta que los indemnicen monetariamente, a establecer estrategias que permitan resguardarse.
Ruiz destacó que la primera medida que asumieron, con apoyo de los vecinos, fue no dejar sola la vivienda bajo ninguna circunstancia. Asimismo, destacó que una vez dentro de la casa se turnan para estar pendiente de cualquier caso.
Señaló, que también optaron por colocar objetos pesados detrás de las puertas, como especie de barricada para evitar el ingreso de desconocidos. Ruiz sostuvo que desde la orden de desalojo la mayoría de los afectados trasladaron de manera voluntaria sus enseres a casa de familiares y solo dejaron en las viviendas lo necesario.
Desconocidos se aprovechan
Afectados señalaron con preocupación que en los últimos días han notado la presencia de personas extrañas a los urbanismos a bordo de bicicletas y motos. En la zona, las calles se encuentran desoladas, mientras que algunas viviendas están en medio de monte y escombros de casas que el Gobierno regional ha demolido a medias, lo cual sirve de guarida de desconocidos, según denunciaron.
Algunos vecinos también se organizaron con el uso de pitos y megáfonos para alertar cualquier irregularidad.
Se pudo conocer que varias de las personas que fueron trasladadas a hoteles, bajo la promesa de que les sería entregada una vivienda en un lugar seguro, han retornado a su antigua casa por temor a perder su patrimonio, pues no tienen ningun compromiso de las autoridades para que les sea adjudicada la nueva casa. También temen que puedan ser invadidas.
Génesis Machado, afectada de Mata Redonda, exigió al Gobierno nacional y regional celeridad en el proceso de indemnización en beneficio de más de 600 familias para lograr salir de la zona de riesgo.
"Esto no es calidad de vida, hay temor que desvalijen las casas, de que el muro de contención, que es una bomba de tiempo en cualquier momento colapse, que el lago siga creciendo, que no nos den la indemnización, esto es muy triste".
Ambos urbanismos, están amenazados por la crecida del lago de Valencia y el río Madre Vieja. Más aun con los fuertes aguaceros que caen en la zona
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