Antonella Fischietto M. / Fotos: Rafael
Ojeda y Orlando Baquero
Lo tenemos a nuestros pies y cada usuario
del servicio de agua en los estados Carabobo y Aragua, además de las autoridades
gubernamentales, tiene su cuota de responsabilidad en el aumento del nivel de la
cota del lago
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Se aprecia el impacto de las crecidas.
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El lago de Valencia ha sido noticia durante el año 2006. Su crecimiento asusta tanto a quienes viven a su alrededor como a quienes lo ven desde una distancia mayor. Ha hecho correr a todas las personas que habitaban a pocos metros de él. Ha cubierto caminos, sembradíos y viviendas. Muchos no se explican aún por qué crece este cuerpo de agua ahora, cuando se suponía que iba en vías de secarse.
Desde el viaducto La Cabrera, estado Carabobo, puede
divisarse el lago, lo que no era posible hace un par de años. La cuenca
hidrográfica del Lago de Valencia está integrada por unos 22 ríos y quebradas.
Es el segundo lago de Venezuela, según informe de la División de Hidrología, y
en sus aguas se encuentran 22 islas.
Su ubicación geográfica es al centro-norte de Venezuela y
abarca parte de los estados Aragua y Carabobo, incluyendo la superficie total o
parcial de 20 municipios (11 del estado Aragua y 9 de Carabobo). Es una cuenca
endorreica, es decir, que no tiene salida al mar.
Esta cuenca ocupa una extensión aproximada de 3.140
kilómetros cuadrados, que representa el 0,35 por ciento del territorio de
Venezuela. En este porcentaje de territorio habitan cerca de 2,3 millones de
personas (10 por ciento de la población del país), por lo cual es una de las
regiones más densamente pobladas.
La directora estadal de Ambiente y coordinadora general de la
Unidad Ejecutora de la Cuenca del Lago de Valencia, ingeniero Ligia Elena
Arteaga, informó que, desde el inicio del período de lluvias, el nivel de la
cota de este importante reservorio de agua subió 25 centímetros. Actualmente, la
cota se ubica en 409,75. Se espera que, en 2006, el nivel de la cota sobrepase
la máxima alcanzada en 2005, cuando se colocó en 410,09 centímetros sobre el
nivel del mar. Se prevé que, para este nuevo período, pueda situarse en 410,50
centímetros s.n.m.
De acuerdo con señalamientos hechos por la funcionaria,
gracias al reintegro del Río Cabriales a la cuenca de Pao- Cachinche y el desvío
del Río Maruria, en la actualidad, alrededor de dos mil 600 litros por segundo
promedio anuales dejan de desembocar en el Lago de Valencia.
El Gobierno Nacional promete la total recuperación de este
cuerpo de agua para el año 2007 como una de las tareas primordiales del
Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales Renovables (Marnr).
Los objetivos principales son la depuración de la calidad de
sus aguas; la disminución de la tasa de ascenso del nivel del lago, el cual es
producido por los excedentes de agua en la cuenca; y el saneamiento de las aguas
afluentes al lago.
Según el proyecto elaborado y presentado por Marnr, el
saneamiento del Lago de Valencia asciende a un costo total del proyecto de
150.800 millones de bolívares, dirigidos a sanear el río Cabriales y retornarlo
a su cuenca natural (cuenca del río Pao); desviar la cuenca del río Maruria a la
cuenca del río Pao; tratar la mayor cantidad posible de agua servida de Valencia
a la planta de tratamiento la Mariposa y descargarla a la cuenca del río Pao;
tratar la mayor cantidad posible de agua servida de Valencia en la planta de
tratamiento Los Guayos y promover su utilización en núcleos agrícolas de
desarrollo endógeno; construir o rehabilitar sistemas de tratamiento de aguas
residuales de las poblaciones menores.
Los indígenas poblaron los alrededores del lago
aproximadamente dos mil años antes de Cristo. Normalmente, un cuerpo de agua se
va secando a medida que pasa el tiempo. Hablamos de una escala de tiempo de
cuatro mil años, por un proceso de eutrofización.
A medida que se fueron desarrollando actividades agrícolas,
industriales y urbanas, se fue tomando agua y disminuía el nivel del lago.
Cuando empieza a crecer fuertemente la demanda de agua, se le traslada agua de
otra cuenca, que es la de El Pao-Cachinche y El Pao-La Balsa.
“Toda el agua que usan los asentamientos humanos, los establecimientos industriales y comerciales y la actividad agrícola, se echa al lago, el cual empieza a recobrar su nivel”, afirma Esmeya Díaz, profesora de la Universidad de Carabobo e investigadora en el área de recursos naturales renovables.
Explica que la demanda de agua en el área de influencia del
lago se ha incrementado con el paso de las décadas. El número de habitantes
subió de dos a cuatro millones en los estados Aragua y Carabobo.
-Le está entrando demasiada agua al lago, que es resultado
del uso progresivo que se le da al agua potable. Después queda como agua
residual que se vierte al lago. Ante esta situación, el Ministerio del Ambiente
y los Recursos Naturales Renovables desvió el cauce del río Cabriales, refiere
la docente universitaria.
El lago crece cada vez
que abrimos el grifo
Hace 40 años, el gobierno decidió que el río Cabriales
drenara hacia al lago, para que éste recuperara el nivel. Ahora que el nivel del
lago está desbordado, se devuelve el río Cabriales a su cauce original. A pesar
de que el río fue desviado, pero no está disminuyendo el nivel del lago.
¿Por qué? Porque continúa el uso de agua potable para pasarla a agua servida, en razón de que sigue aumentando el número de habitantes en Aragua y Carabobo. La docente e investigadora plantea que se debe adoptar una solución bidireccional.
-Lo primero que hay que entender es que nadie puede vivir a
la orilla del Lago de Valencia por debajo de la cota 410. No se puede dejar
construir de esa cota hacia abajo. Pero es que el agua ya llegó a ese nivel. La
cota tiene que ser más alta. Eso significa que muchas industrias van a quedar
entre la cota actual y la nueva que posiblemente establezcan, señaló.
Con base a su análisis, el nivel del lago no disminuirá, por
el contrario, seguirá aumentando.
Tomamos el agua que ensuciamos
Hay que educar a la ciudadanía y decirle que no sólo corre el riesgo de que se le inunde la casa, sino de tomar agua contaminada. “Como ciudadanos de esta cuenca que consumimos agua también estamos a riesgo, porque el río Cabriales, aun cuando lo han limpiado, no está totalmente descontaminado, pues drena hacia la cuenca de El Pao-Cachinche y Pao-La Balsa, que es la que está dando agua potable a los habitantes de Aragua y Carabobo. Estamos contaminando el agua que luego hay que potabilizar para poder beberla. Estamos actuando como planificadores de una manera inversa a lo que debería ser. Nos tomamos el agua que ensuciamos”, señala la profesora Esmeya Díaz. Hace 30 años, cuando el ministerio ya advertía el problema que tenemos, proponía la construcción de plantas de tratamiento. Para ese entonces, estaban previstas 17 plantas de tratamiento. Sólo fueron construidas La Mariposa y Los Guayos, pero no fueron suficientes para limpiar las aguas que entran al lago. “Si queremos evitar una pandemia de enfermedades de transmisión por el agua, tenemos que cambiar el uso que le estamos dando y administrarla mejor. Es necesario que se inicien campañas educativas y ayudar a Hidrocentro en esta labor”, plantea la investigadora. |
El autor de esta investigación
es Germán Larrazábal, docente de la Facultad de Ciencias y Tecnología de la
Universidad de Carabobo.
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Una propuesta de saneamiento con Mérito
Ecológico
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Mary Méndez
La Universidad de
Carabobo tiene especialistas siempre dispuestos a cooperar no sólo en el
proyecto macro de saneamiento del Lago de Valencia, sino también capacitados a
través de investigaciones iniciadas hace varios años, para coadyuvar en la
planificación, control y manejo de este cuerpo de agua.
Estas frases resumen toda una experiencia, que
ha merecido el más reciente reconocimiento a la creatividad y talento de
nuestros investigadores abocados a esta línea. Tal es el caso del profesor
Germán Larrazábal, premio “Henry Ford” al Mérito Ecológico 2005, en la categoría
de Ingeniería Ambiental, según el veredicto del jurado calificador anunciado
hace algunos días.
El doctor Germán Larrazábal presentó, en ese
concurso el proyecto “Alternativas de Saneamiento para el Lago de Valencia a
través de un Modelo Matemático Tridimensional”, en el cual viene trabajando
desde 2001, como parte del equipo del Centro Multidisciplinario de Visualización
y Cómputo Científico de la Facultad de Ciencias y Tecnología de la UC.
Acerca de la distinción, Larrazábal se mostró
complacido, porque “es un justo reconocimiento al trabajo de varios años,
desarrollado para divulgar conocimientos que faciliten la comprensión del avance
derivado de la tecnología”.
-El premio “Henry Ford” nos compromete a
seguir adelante en los aportes académicos que humildemente hemos formulado por
ejemplo en el caso del lago de Maracaibo, en el valle Monterrey y toda la costa
de baja California, en Estados Unidos, con estudios de impacto ambiental en
participación de investigadores de la Universidad de San Diego, California.
A nivel de esta entidad, el gobierno de
Carabobo asignó 5 millardos de bolívares que permitirán adquirir los equipos
requeridos para ejecutar el proyecto; que recibirán al culminar los trámites
legales pertinentes a través de la Fundación Universidad de Carabobo.
Esos equipos, además de análisis de cómputos,
también procesarán información emanada de la recolección de datos en estaciones
metereológicas, en pluviosidad, medición de temperaturas, salinidad,
velocidades, etc., y otra parte de esa asignación financiera, será dispuesta
para el pago del recurso humano contratado.
Asimismo, se asignarán recursos para
actualizar el Laboratorio Calidad del Agua, del Ministerio de Ambiente, que
colabora en el desarrollo de esta propuesta, mediante campañas de esa temática,
además de movilizar a expertos del exterior que, por vía institucional, son
igualmente cooperadores.
Larrazábal también agradeció a nombre de todos
los que en distintas épocas se han involucrado en la investigación: José
Castillo, director del instituto de investigaciones de la Universidad de San
Diego, California; Carlos Torres, del Laboratorio Computacional de Ciencias de
la Universidad de Baja California, ambas de Estados Unidos.
De igual manera, sus colegas de la UC, Mario
Palacios, de Biología Facyt; Edilberto Guevara, de la Fac. de Ingeniería; todos
los participantes de la formulación de este proyecto.
“Como investigadores, perseguimos el objetivo
final de mostrar la capacidad para predecir mediante este sistema, las
posibilidades del cuerpo de agua, en qué tiempo el lago puede sanearse, si
aplicamos una alternativa de tratamiento”.
-En el proyecto también se proponen sistemas
para monitorear la descarga y el destino de sustancias contaminantes, rutas de
larvas y peces, distribución y eliminación de plantas como la lenna; el
crecimiento o descenso de las aguas en su respectiva cota, prevención en
inundaciones bajo una planificación completa, manejo y control del cuerpo de
agua, para la toma de decisiones por parte del ente al que competa, para
resguardar la cuenca del Lago de Valencia.
El objetivo del proyecto es diagnosticar, con
base a escenarios posibles, el comportamiento de ese cuerpo de agua sujeto a
modificaciones hechas por el ser humano o por el ambiente, para que sea de
utilidad a los entes públicos y salvar vidas y bienes.
“Una cosa es sanear el lago y otra cosa es
identificar la forma óptima de hacerlo. Hay que tener información científica
para saber dónde colocar esos equipos. Se quiso hacer un modelo específico para
el Lago de Valencia. El equipo multidisciplinario logró representar el lago en
tres dimensiones en el computador, con base en los mapas náuticos que facilitó
la Armada venezolana. Este programa fue desarrollado en Venezuela, en el
Cemvicc, un centro de investigación de la UC”; destacó.
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