A comienzos de 1994, la Fundación Tierra Viva dio inicio a su proyecto de Educación Ambiental para la cuenca del lago de Valencia, teniendo como objetivo impulsar el conocimiento de la riqueza y dinámica ambiental de la región y el fomento de acciones en escuelas y comunidades para atender los problemas socio-ambientales.
En esos tiempos el foco del problema era el lago de Valencia. ¿Quién contamina el lago? ¿Por qué está contaminado? Eran preguntas comunes de docentes y comunidades. También habían aseveraciones: las empresas son las que contaminan el lago.
Desde esa fecha y hasta el presente parte de nuestra labor ha sido aclarar esas y otras dudas, centrándonos fundamentalmente en “sacar la mirada” del lago y empezar a considerar a la cuenca como espacio donde las acciones tienen consecuencia. En ese proceso, en 2005 editamos el Atlas del Agua de la Cuenca del Lago de Valencia que contiene, entre otros, 25 mapas de la cuenca (micro cuencas, áreas protegidas, suelos, vegetación, red de distribución de agua), y de los municipios que la conforman de los estados Aragua y Carabobo. (Estos mapas están disponibles en la sección de impresos del Portal de Desarrollo Sustentable www.desarrollosustentable.com.ve).
Uno de los mayores esfuerzos fue dedicado a explicar de dónde venía el agua que consumían los habitantes de la cuenca y qué pasaba con ese líquido luego de que era utilizado. Así ayudamos a entender lo que hoy, por muchos factores, mucha gente sabe: el agua que se usa en los hogares de la cuenca es “importada” desde la cuenca del río Pao, y luego de salir de los hogares termina en su mayoría y contaminada en el lago de Valencia, lo cual, junto a la desviación del río Cabriales hacia el cuerpo de agua, explica su paulatino incremente de nivel desde finales de los años 70.
Ésta dinámica se hizo más compleja cuando a partir del 2007 se iniciaron otras acciones en la cuenca como fue el trasvase de aguas del lago y la desviación del río Cabriales hacia la cuenca del Pao, desde donde, como hemos dicho, se toma el agua para Aragua, Carabobo y Cojedes.
El saneamiento del lago
Por muchos años el lago de Valencia ha sido el receptor de aguas servidas de origen humano y de granjas agrícolas y porcinas, aguas cargadas de agroquímicos producto de la actividad agrícola que se desarrolla en sus riveras y de aguas con desechos industriales (incluyendo metales pesados) provenientes de las fábricas asentadas en la región. Todo esto en su conjunto ha causado su contaminación.
Para mejorar las condiciones del lago, a inicios de los años 90 se inició la ejecución del Proyecto Integral de Saneamiento y Control de Nivel de la Cuenca del Lago de Valencia con dos objetivos fundamentales: mantener el nivel del lago por debajo de la cota 408 y disminuir la cantidad de agua servida que llega sin tratamiento a este cuerpo de agua. Para ello se previeron un conjunto de obras de infraestructuras (colectores, plantas de tratamiento y plantas potabilizadoras) (ver http://www.minamb.gob.ve/index.php?option=com_content&task=view&id=24&Itemid=38).
Por fallas en la ejecución del programa, no se han obtenido los resultados en el lapso previsto: el nivel del lago no se ha controlado y aun muchas aguas que se envían al lago no reciben ningún tipo de tratamiento.
Es importante señalar que el lago posee una gran carga orgánica en sus sedimentos y la concentración de metales pesados en el lago nunca ha sido abordado. Por ello el lago sigue contaminado, aun cuando es necesario señalar que este sigue siendo un cuerpo de agua vivo, con una variedad de fauna, incluyendo peces, aves y reptiles, y flora.
Un conflicto socio ambiental
El lago asciende y afecta comunidades aledañas a sus riveras, siendo las más emblemáticas las comunidades de La Mata y Punta Redonda en el estado Aragua, quienes se han visto obligadas en octubre de 2012 a empezar a desalojar sus viviendas por el peligro de la ruptura y desborde del dique que contiene a las aguas del lago.
Mientras tanto, las aguas que salen de los hogares de muchas ciudades de Aragua y Carabobo siguen contaminando el lago y, más recientemente, el trasvase del agua del lago hacia el río Pao es señalado por distintas instituciones como fuente de contaminación de ese cuerpo de agua. Además se han aprobado recursos para incrementar el trasvase, sin que se hayan discutido las distintas opciones y/o realizado los estudios de impacto ambiental que exige la ley.
Hoy, más que nunca, es imprescindible que el Gobierno Nacional a través del Ministerio del Poder Popular para el Ambiente aborde de manera prioritaria, junto con técnicos y las organizaciones ciudadanas la atención del problema con soluciones a corto, mediano y largo plazo para evitar que el lago continúe el, hasta ahora, indetenible ascenso que inició en 1979.
http://www.tierraviva.org/?s=&page=articulos&subprogram=individual&id=108&tipo=0
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